Entre las niñas rochas que vienen a comprar caramelos y pelotudeces con $100 todos los días.
La vieja que siempre te trata mal.
El viejo dulce.
El carnicero estúpido.
Los jefes que no se ponen de acuerdo.
El hijo del jefe pelotudo.
El hijo del jefe tierno.
La hija del jefe que es una máquina consumidora de golosinas.
Los problemas de la gente.
Entre todo esto sobreviví la segunda semana de trabajo. Si bien los pies no me dan más. Si bien siento que parí 88 hijos.
Voy bien. La semana que viene cobro ( y reviento el sueldo)
Sobrevivo. Voy sobreviviendo. Más viviendo creo. Dejé los problemas mínimos. Acepté la cosas como son (Y no tomo Sprite) Y soy feliz con los pocos que me soportan.
¿Quién dijo que estar vivo era malo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario