Siganme los buenos

Idas y venidas

En estos momentos de lo único que tengo ganas es de irme.
No porque  me haya cansado de este lugar, no porque me haya cansado de la gente, pero me vinieron ganas de ir.
Ir a algún lugar. Ir como todos van y a veces no vuelven. Ir y volver.
Ir a la Luna, ir a Marte, ir a la Quiaca.
Ir con alguien, o sola, con un perro o una mochila. Con o sin boleto, a pie o en bondi.
¿Nunca tuvieron ganas de irse? ¿De subirte al primer bondi que se te cruza y dejar todo?
Suele sonar cruel cuando una persona decide dejar todo y marcharse, pero para mi no, porque muchas veces lo sentí.
El temita de la libertad, de los viajes, de las idas y venidas, me ronda mucho, pero mucho por la cabeza estos días.
Me levanto y digo: ¿Y si ahora estuviera en Jujuy? ¿Grecia? ¿China? ¿Cambiara eso algo?
Tengo de a momentos la necesidad de sentir un desprendimiento, de dejar de sentir que pertenezco a algo/alguien y que eso me corresponde.
Pienso mucho en los lazos que nos atan, las cosas a las que estamos unidos, y me da a pensar ¿En realidad estamos unidos a algo?
Muchos dicen que los hijos tienen obligaciones con los padres/madres, y viceversa.
Si un padre abandona a un hijo está mal, y si un hijo odia a su padre es un malagradecido ¿Pero es verdad?
En la sociedad que vivimos sí, si vos te vas y dejas todo, no tenés corazón.
No creo en eso, no creo que una mujer sea mala por dejar a su bebé o que una chica sea mala por no querer a su padre, después de todo no tiene la obligación.
Si bien, en algún momento creamos los vínculos que nos hacen dependientes de esas personas, así como los creamos, los podemos dejar.
Siento que esos vínculos son como cadenas.
Yo me quiero ir en este momento a la India, y no puedo, porque si lo hago, rompo el corazón de mi mamá, muchos de mis amigos se pondrían mal ( o eso creo) y sería: Mica la abandonadora.
Pero yo sé muy bien que los quiero a todos ellos, estoy segura de mi cariño, solo es que veo la necesidad de alejarme de irme, pero tratar de explicar eso y que la gente lo entienda cuesta.
La gente se cree que está en la obligación de quedarse, de atarse a algo, y después se quejan de que no tienen libertad.
En realidad la libertad la tienen, nada más que elijen atarse y quejarse.
Por ejemplo: Un chico deja embarazada a una chica, si quiere, la puede dejar, pero todo el mundo lo va a tachar de un abandonador y va a ser mal visto por los demás.
Quizás del lado de los sentimientos está mal abandonar a la gente y dejarla, pero si no es lo que uno quiere ¿Sigue siendo malo?
Pienso que perdemos parte de nuestra libertad al momento de unirnos a algo, y siento que solo la recuperamos cuando nos separamos de eso, o tenemos en claro que en cualquier momento nos podemos ir.
Quizás con todo esto parezca una persona fría, a quien no le importan los demás. Pero no es así, o capaz sí, no lo sé.
Solo sé que a veces, no me gustaría estar atada, me gustaría poder irme a donde quisiese. Pero no puedo, no puedo abandonar a los que me rodean, ellos no piensan igual que yo.
Si yo me llego a ir, estoy asegurando que a mi mamá le de un infarto, y yo no quiero cargar con eso.
Y ustedes dirán: Pero al principio decís que la gente no tiene la obligación de atarse.
Y claro que no, pero por desgracia, yo soy de las que se atan y después se quejan. No tengo la fuerza para valerme por mi misma, y tomar la responsabilidad por mis decisiones.
Creo que si decido quedarme no soy cobarde, soy una buena hija que se queda con su mamá, pero soy cobarde e infiel a lo que quiero.
Pero en parte la vida se basa en eso no, no ser fiel siempre a lo que uno quiere, porque hay más, hay otros alrededor de nosotros. Y hay sentimientos, cosas que hacen más fuertes los lazos.
No sé cuál es el punto de esto, no sé para qué lo escribo. Cuando pongo todas mis ideas sobre esta página y comienzo a tipear, se me hace más claro todo. Me gustaría poder ser fuerte y soltar los lazos que tengo, pero a la vez, me gustaría encontrar un lazo del que no soltarme, un lugar al que volver, algo así como una casa.
Pero dicen que todo no se puede, si te soltás de todo, no te queda nada. Y quizás, creer que tenés un lugar a dónde volver, solo es una fantasía.
Cuando nos vamos, y no volvemos, dejamos todo. Todo lo que conocíamos, a lo que estábamos acostumbrados.
Pero yo no busco es típico abandono de dejar la casa de tus papis e irte a vivir solo, al fin y al cabo, se pueden seguir viendo y lo mismo con tus amigos.
Yo digo de irme, irme y no volver, dejar de ser Mica la hija de Emma, hermana de Melina y ser otra. Otra persona completamente ajena a ellas, una persona que no se preocupe, ni tenga relación con ellas.
¿Está eso mal?
¿Soy mala si me quiero ir? Me refiero a ese ir, y no volver.

Es malo dentar

-Me duele la cabeza, me duele la cabeza ¡Voy a morir! -Ese fue el pensamiento que me rondó por la cabeza estos últimos días.
Hoy, cuando  me miraba en el espejo, abrí la boca, y miré para adentro: -Dientes, dientes, muelas...(Cara de asombro) ¡MAMAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
Viene Emma corriendo a velocidad de la luz
-¿Qué pasó?
-¡MAMÁ! Tengo algo raro en la boca - Abro la boca, le muestro...
-Muelas de juicio - Y se ríe
Ahora...¿Le parece chistoso que yo esté dentando? Osea, no puedo comer ni un cacho de pan que ya me duele, fucking muela.
No me acordaba que se sentía dentar, que te crezca un diente y que te mueva todos los otros, y que te duela el oído y que quieras morder todo.
Me dijeron que cuando te crecen las muelas de juicio te volvés más viejo/a ¿Es eso verdad? ¿Estoy dejando mi niñez?
Sea lo que sea, que pase rápido, porque en cualquier momento salgo por las calles a buscar brazos para morder y no me para nadie.

PD: Si alguien quiere un par de muelas de juicio cuando me las saque, se las doy.

Suicida

Una vez me dijo alguien: -Me molesta la gente que hace las cosas sin ganas
-A mi también - respondí
-Por eso no me dan pena los que se suicidan. Si no tienen ganas de vivir está perfecto que se maten, me molesta la gente que finge tener una vida feliz, y por miedo a morir siguen sin ganas.
-A mi también - Y me fui. Me encerré en el armario.


Recuerdo que una vez dije: - Adiós mundo cruel - Pensé unos minutos y después dije: - Pero si soy lo más cagona que puede haber. Ni en pedo me tiro, ni en pedo me pego un tiro - Así que desistí. No me maté, ni me lastimé.
En ese momento, algo me había asustado y mucho, por eso había tomado esa decisión. Lo que me hizo también retractarme de mi decisión fue, que era muy chiquita, que todavía me faltaba mucho por conocer.
Esa excusa en parte me salvó. Y mi miedo también.

Siempre que converso con esa persona, termino encerrada en algún lugar. Me asusta demasiado su manera de pensar, y que esa manera condicione mis actos, actos que me pongan en peligro.
Va "peligro". Una vez me dijo que tenía ganas de saber qué pasaría si se tenía una accidente ¿Alguien la iría a ver?. Otra me dijo que tenía ganas de viajar y dejar todo, todo (cuando digo todo, me refiero hasta su campera favorita y a su mamá)
No sé si esta persona es mala influencia o no, pero les digo, no sé una manera de alejarme de ella.

Rosalindo

De un momento a otro, estaba en una playa, con un vestido floreado. Rosas blancas y rosas, así era el estampado.
Alguien me sacaba unas fotos.
De repente, una nena se me acerca, me abraza, muy pero muy fuerte.
Señala a una casa que estaba detrás de nosotros. Desaparece.
Dejé de ser una modelo y me convertí en madre de la nena que estaba al lado mio.
Un joven, muy apuesto se me acerca. Me dice: "Mi amor".
La playa sigue siendo la misma, pero había más gente en ella.
Ya no vestía un vestido con flores, ahora tenía algo parecido a una armadura.
La pequeña no entendía nada, lloraba desesperada, todo lo que ella conocía estaba desapareciendo. Yo la calmaba, sabía que todo tenía solución.
El joven, nos tomó a las dos y nos llevó a una torre. Y ahí comenzó la acción.
Todo lo que escribía en un cuaderno y leía en voz alta se hacía realidad. Mi hija tenía la misma capacidad.
Miles de barcos, espadachines y cañones de guerra aparecían en la costa, y se enfrentaban a los que venían del otro lado del mar.
Una mujer, los enviaba. Querían destruirnos.
Casi asesinan a mi esposo, el joven apuesto, pero yo descubrí la manera de curarlo, lo escribí, lo leí y apareció.
Pronto descubrimos que la guerra debía terminar. Mi hija era la elegida para destruir el amuleto enemigo.
El amuleto es lo que nos daba el poder a mi, a mi hija y a nuestra enemiga.
Mi esposo me dio un beso, esos que son de novela, y entonces nos marchamos.
Un grupo de ninjas nos ayudó a huir.
Cruzamos el mar corriendo, excepto mi hija, quien tenía un gato mágico con la capacidad de convertirse en lo que ella quisiera. Él la ayudo a cruzar.
Cuando llegamos al otro lado del mar, nos encontramos con un campamento de aliados quienes iban a atacar a nuestros enemigos desde tierra.
Teníamos que ir a una torre, donde se encontraba el amuleto. Verán, cada reino tenía un amuleto.
Cuando llegamos a la torre...

Me desperté ¿Qué genial no? Intenté dormirme 717413487813517 veces y no pude. Me odié desde el momento que me levanté y me pasé toda la mañana tratando de imaginar el final.
¿Habría salvado a todos? ¿Habría vuelto a los brazos de mi esposo? ¿Y  mi hija?
Amo soñar, odio despertarme.
Y más odio, que el bondi que me lleva a la casa de una amiga en 5 min, tarde 25 min en venir.

Vueltas

Qué loca es la vida ¿No?
Digamos que hace algo más de un mes, tomé un remis, para lo que la gente se toma remises, viajar cómodo y gastar guita.
El chofer un tipo de unos 45 años, que debo decir la verdad, me sorprendió.
Apenas me senté:" Buen día ¿A dónde la llevo?" Le digo la dirección y emprendemos viaje.
A los cinco minutos me dice: "El clima está muy tropical, me hace acordar a Brasil. Porque yo estuve en Brasil, en un pueblo. Antes vivía en Perú con mi mujer, pero no había mucho trabajo, nos mudamos a Brasil.
¿Pero sabés qué? Me aburrí de Brasil y nos vinimos para acá.
Igual yo hice viajes a Mendoza y Chile, muy lindo, lástima que estuve poco tiempo.
Acá encontré trabajo como remisero, no era lo que esperaba, pero bueno..."
Así siguió un largo rato, relatos de viaje y de su vida. Casi llegando me dice: -"¿Vos querés conocer Perú?
-Sí, me gustaría
-Bueno, con unos dos mil pesos vas bien
Para mis adentros me reí, él como si nada dándome consejos, también de los lugares que tenía que visitar en Perú.
Cuando me bajo, me pregunta mi nombre y se lo digo.
Increíble las vueltas que uno da, que hoy, volví a viajar con él.
Y me dice:"Te conozco"
Y le digo:"Sí, hace un mes me llevaste a un Parque"
Y lo primero que me dice: "Tu mamá te cuida mucho"
Una cosa llevó a la otra, y terminamos hablando de su vida de secundaria y de sus amores.
-"Yo salí con seis chicas en las secundaria, ellas se me tiraban, pero yo solo una vez me le tiré a una. Estaba enamorado. Cuando nos dejamos me dolió mucho. Pasaron más de 30 años y yo todavía me acuerdo de ella ¿Será porque yo la elegí no? Me dejó una marca ¿Cuántos años tenés?
-Diecisiete - Le digo
-Uhh! No sabés todo lo que te falta - Me reí, ya es una frase gastada a esta altura de la vida.
Me cobró dos pesos menos (Algo es algo)
Antes de bajarme me pregunta mi nombre
-Micaela
-¡Ah, Micaela! Me voy a acordar, tengo una sobrina que se llama igual
-¿Usted?
-Antoño -
Me bajo del remis y voy a la casa de mi amiga (Blu).


Estoy segura que me voy a acordar de él, aunque no tenga ningún sobrino llamado Antoño.