El 25 a la madrugada, me pidió de ser su novia. De repente tuve un tsunami de emociones. Felicidad, miedo, felicidad, dudas, felicidad, nervios. Una ensalada, donde la felicidad era tan grande que pensé que era mentira. No dejé que los sentimientos feos cobraran fuerza, ni que los miedos me afectaran y le dije que sí.
Ya hace un día que somos novios y me siento la persona más feliz de todas.
Siento y creo, que esta vez es distinto.
No voy más con miedo.
Solo voy sonriendo.
Mica, muy feliz, pero muy feliz
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