Aquí me encuentro reportando otro momento que me causó un nuevo reflejo. Es un reflejo típico en realidad, lo atípico es que sucede solo en mi edificio, va me sucede solo a mi creo.
Lo paso explicar, siempre que entro a mi edificio (como si fuera mío), abro la puerta muy lentamente (le pongo suspenso al momento) y cuando la abro, entro.
El problema, va lo que me pasa, es que tengo la manía de pegarle una patada a la puerta, como si fuera un cañiche toy, y la hago volar, entonces cuando la puerta se tiene que cerrar, hace un ruido más fuerte que pedo de vaca elevado al mil, entonces, como mujer que soy, me tapo los oídos y sonrío.
Me encanta ese momento, lo espero siempre que entro a mi edificio, es medio de mala, porque pobre la puerta no se merece sufrir las patadas, pero que se yo, nunca se quejo ni ella, ni nadie por ella, eso me da bronca.
Imaginen el día que no haya puerta, todos entran, todos salen, todos todos, por culpa mía. Igual sería copado, provocar algo así, la revolución en el edificio.
Pero no soy tan mala, y tendría que pagar el arreglo y NO tengo plata.
Bueno, esto fue todo por hoy damajuanas y caballos.
Consejo: no pateen sus puertas en casa, pateen otras, mamá a veces se enoja cuando hago eso
Consejo 2: si van a patear, que no sea de vidrio, sería un a bajón que se lastimen.
Los quiere, ya saben who
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