Siganme los buenos

límites

Desde que tengo memoria, siempre estoy poniéndome al límite, al extremo. Quiero ver hasta dónde puedo llegar, qué puedo abarcar.
Hoy, leyendo para el parcial de mañana me empecé a reír.
A reírme porque me di cuenta que no llego. JA JA JA.
Y si, no es algo malo. Ya me probé que si me propongo, puedo rendir una materia, es más, no es de mediocre, pero me conformo sabiendo que tengo una materia menos en el cbc. Podría tener dos menos, pero ¿para qué? Osea, ir al parcial mañana significa perderme mi último partido de voley en la secundaria. Significa viajar en bondi mucho tiempo. Significa estar nerviosa.
¿Para qué? Lo puedo hacer el año que viene. Puedo cursar, ir hasta Puán, puedo.
Así que me empecé a reír. De Perón, de Frondizi, de Videla, de todos. Porque son un chiste, va lo fueron para mi. Fueron mi límite. Fue ver hasta que punto puedo exigirme, y al final me di cuenta que puedo, pero que es al pedo.
Si sé que puedo, nos vemos el año que viene queridas materias del cbc.
Ahora quiero terminar la secundaria bien. Jugar mi último partido, hacer guerra de bombuchas con mis compañeros. Rendir los trimestrales que me faltan, y reirme.
Después de todo, es la última instancia que tengo para volverme atrás.
El año que viene se acabó. No presentarme a un parcial, significa no pasar la materia.
Ahora me doy la libertad. Total puedo, total sé.
Ya veré el año que viene como me vuelven a recibir Illia y Marx. Ya veré.

Por ahora solo quiero ser una niña de secundaria. Una egresada 2011.

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