Chucu chu, soy un tren

Volví del Palmar (Entre Ríos), estuvo ¡GENIAL! Una experiencia nueva y agotadora, apenas llegué a mi casa me tiré a la cama.

Podría relatar cada uno de los días, pero tardaría demasiado y dudo que a alguien (si es que alguien lee este blog) le interese.

Lo que voy a contar, mejor dicho escribir, es una mini experiencia que tuve ayer, sábado, a la noche.

Tuve que viajar en tren para poder ir a un lugar (no hace falta que sepan que lugar). Hacía mucho tiempo que no viajaba, es más, solo había viajado una vez y para ir al parque de la costa, así que creo que no cuenta mucho como viaje.

Parada al lado de la puerta, mirando por la ventana, pude contemplar demasiados paisajes distintos y uno tan cerca del otro. Pasamos de una casa linda, a un lugar donde había cosas abandonadas y tiradas, pasábamos de paisajes relativamente lindos, a feos.

Pude contemplar todo eso parada en un tren sin moverme ni un centímetro ¿Cuántas cosas más podré ver? ¿Son infinitas las situaciones que uno puede ver parado en un tren?

Además, si son tantas esas situaciones, son igual la cantidad de caminos que una persona que puede seguir. Yo tranquilamente me podría haber bajado en cualquier estación y haber dejado un mundo de cosas atrás. Podría haber terminado en una "linda" o en una "fea" situación.

Lo que me da a pensar que cada segundo es un decisión, un camino. En un segundo podes ser la espectadora de un paisaje y al otro formar parte de él.

Así que a cada segundo tenemos miles de caminos frente a nuestros ojos, miles de paisajes de los que formar parte, miles de segundos.

Ojalá en algún momento tenga tiempo de formar parte de esos paisajes aunque sea por un segundo y saber que se siente ser parte de ellos. Odiaría ser una simple espectadora parada en un tren.